El acetato consiste en un material transparente que se emplea sobretodo en la industria gráfica, como principal material de las películas fotográficas.
También es uno de los materiales más utilizados en la producción de gafas y es muy dispar al plástico. A primera vista no hay una gran diferencia entre ambos materiales pero su producción e impacto no son para nada iguales.
El acetato está elaborado con materias primas naturales, como el algodón o fibras de madera, los cuales se recolectan, se secan y se trituran hasta obtener un polvo suave que posteriormente se mezcla con algún tipo de ácido acético para convertirse en gránulos. Es aquí donde nos topamos con la diferencia entre el acetato y el bio acetato. El primero se suele mezclar con aceites o plastificantes hechos a base de químicos, mientras que el bio acetato se mezcla con plastificantes de base biológica provenientes de fuentes renovables o bio polímeros. Esto también hace que sea un material hipoalergénico, es decir, que tiene un riesgo bajo de producir reacciones alérgicas. En Parafina, unimos el bio acetato (presente en la montura de HURACÁN II, TIFÓN II y TORNADO) con aluminio reciclado para las varillas.
Dicho aluminio es extraído de latas de refrescos, por ejemplo, obtenidas de los vertederos no controlados con los que tenemos acuerdos para que nos provean de este residuo.
Después, lo llevamos a nuestra fábrica, donde el aluminio se funde a alta temperatura, lo que permite separarlo de otros elementos, como la pintura o suciedad.
El aluminio fundido se almacena en lingotes que posteriormente son aplastados para crear placas de aluminio de gran flexibilidad y resistencia, consiguiendo unas gafas muy estables y duraderas con el paso del tiempo.
Por tanto, al comparar el bio acetato con otros materiales no ecológicos, debemos tener en cuenta que son monturas que se fabrican de manera sostenible, protegen el medio ambiente, son resistentes y de alta calidad. ¿Se puede pedir algo más a unas gafas de sol?
