Algunas de las características clave de una ciudad totalmente sostenible son, por ejemplo, el transporte sostenible. La movilidad urbana se basaría en formas de transporte público eficientes, como trenes, tranvías, autobuses eléctricos y sistemas de bicicletas compartidas. Se daría prioridad al peatón y a las opciones de movilidad no motorizada. Además, se reduciría drásticamente el uso de automóviles privados, y estos serían preferentemente eléctricos o alimentados por energías limpias.
La ciudad estaría preparada para enfrentar los desafíos del cambio climático, con medidas de resiliencia como la gestión de inundaciones, la protección contra tormentas y la planificación de la infraestructura a largo plazo.
Lograr una ciudad totalmente sostenible es un objetivo ambicioso que requiere un esfuerzo conjunto de gobiernos, comunidades, empresas y ciudadanos. Se trata de crear un entorno urbano que promueva la prosperidad económica, la equidad social y la salud ambiental a largo plazo.