En el bañado norte las cosas no son tan fáciles, la falta de trabajo seguro dificulta el sostén económico de muchas familias porque en la mayoría de los casos, los niños tienen que ayudar a sus padres en algunos trabajos, como el reciclado o la caranchería; a veces el mayor debe encargarse de la casa y de los demás hermanos también.
La escuela es el único espacio de refugio para proteger su infancia, sentirse seguro y acompañado. El acompañamiento de un docente no es solo el aprendizaje, en muchas ocasiones debemos olvidar ese rol para convertirnos en el soporte emocional y psicológico de muchos de ellos y de sus familias, dejando a nuestra propia familia de lado para poder acompañar al alumno que más lo necesita.
Para nosotros este proyecto es algo más que solo venta de gafas, sabemos que detrás de esto hay miles de rostros que no conocemos pero que de algún modo forman parte de nuestra historia. Y todos ustedes detrás de este sueño simbolizan esa isla donde sabemos que podemos refugiarnos y que es un puerto seguro donde juntos no nos hundiremos.
Tal vez muchos no vean la gran acción que realizan con el simple hecho de elegir unos lentes, pero quiero que sepan que para cada niño y joven que es apadrinado es una oportunidad de cambiar todo su entorno, es una sonrisa y una seguridad de que allá a lo lejos alguien está pensando en él o ella…
Por cada uno de ustedes por elegirnos, por apostar por nosotros, por la educación y un futuro para la infancia de hoy, por elegir a La Salle Paraguay les doy las Gracias y que Ñandejara (Dios) los acompañe siempre.