Queridas madrinas y queridos padrinos, me voy a su encuentro en esta ocasión para contarles la ilusión que tenemos al reiniciar nuestro año escolar 2021.
DESCRIPCIÓN BREVE DEL CONTEXTO ACTUAL.
Debo decirles, sin embargo, que transitamos tiempos de incertidumbres. Lamentablemente debo contarles que el Paraguay está pasando por el peor momento de la crisis en Pandemia. Si bien Paraguay, en un primer momento, ha gestionado bien el posible impacto del Covid-19, todo el esfuerzo de la población de quedarse en casa, los cierres de fábricas y empleos, etc. actualmente no se ve reflejado en una armonía social, sino totalmente sucede lo contrario, el virus comenzó a expandirse en muchos sectores, los hospitales han colapsado porque no se han tomado los recaudos importantes y necesarios creando hospitales, habilitando UTI, facilitando la medicación. Aquí compramos la medicación y lo que haga falta, cuando un paciente es atendido en un hospital público. Muchas personas han malvendido su casa, su muebles, su auto, enseres de cocinas y electrodomésticos para comprar las medicinas, los vecinos organizan rifas, ventas de comidas, etc. para pasar una mano a los familiares que invierten todo para llevar un cadáver envuelto en un ataúd cerrado, impotencia y mucha rabia generan las escenas a diarios. Los hospitales están desbordados.
Los recursos destinados para hacer frente, se cree que el gobierno los han dilapidado. Este hecho ha generado un descontento masivo y piden el juicio político del presidente y su vice presidente. Las manifestaciones en las calles, en otro tiempo de mi vida estaría también con la gente pidiendo justicia, hoy no puedo porque convivo con otros compañeros de riesgo siguen y cada vez habrá más contagios. Pintado así el escenario, la escuela se preparó en todos los detalles para un retorno
seguro, acondicionamos las aulas en burbujas para las clases presenciales, dotamos de lavamos, señaléticas, y el pasado 2 de marzo, hemos comenzado las clases en forma virtual que iría hasta el fin de marzo, mes destinado a los repasos de lecciones y a los refuerzos de lo aprendido el año pasado. Los profesores hacen presencia en la escuela y desde allí imparten las lecciones, luego intensifican sus planes para recibir a los niños. Curiosamente tuve que abrir protocolo porque aparecieron casos en las profesoras del Covid y tuvimos que cerrar por 10 días la escuela y los docentes y administrativos volvimos todos en teletrabajo. Sin embargo, paulatinamente empezaríamos las clases presenciales en burbujas a vuelta de la Semana Santa y los que optaron por continuar en clases virtuales se haría de ese modo.
Nuestro equipo de Apoyo Escolar, están visitando las casas de sus ahijados y ahijadas, para conocer in situ la situación por las que van pasando cada una y cada uno, así podrán ayudar mejor en sus necesidades de aprendizajes u otras necesidades que atañen con lo que les pasa por dentro, una encomiable labor, valoramos el coraje de estas visitas porque estamos en situación de tremenda fragilidad en lo que atañe a la salud de la población que atendemos. Con estas palabras quiero darles las gracias infinitas a todos, por estos niños, niñas y jóvenes. Nosotros hace 50 años, la escuela comenzó su presencia en este lugar y sabemos que sembramos en insegura espera, pero sabemos que el Sembrador, también sembrará buenas semillas en los corazones de tantas almas, que germinarán en: bondad, justicia, verdad y amor hecha compasión a la manera de Jesús.
Estos niños, sí, valen la pena ponerles una estrella de fe en el horizonte de sus vidas, y ustedes son forjadores de estos campos llamados: Luis, Pilar, Jessica o Juan, estas tierras que, ilusionados solo esperan invadir el patio de su escuela y volver a corretear en sus canchas, gritar los goles y presurosos se acercan para decirte que ha hecho un gol, o que tal niña no la deja saltar las cuerdas. Los docentes y éste corazón que va entrando en años, extrañamos los abrazos, las preguntas o que nos cuenten sus historias y sus sueños; por ahora solo ven nuestros ojos por encima de unos barbijos y no nos hacemos la idea de por qué nos vino a encerrarnos a todos. Ustedes son quienes sostienen nuestra esperanza, gracias por estar allí y porque vuestro amor sigue siendo eficaz. Gracias a Samuel, nuestro ángel que vela junto a ustedes de las cosas que vivimos, gracias Parafina.
Un abrazo a todos y les deseo buena salud y un corazón desbordado de alegría en Jesús Resucitado.
¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN, ALELUYA!